Hoy os voy a contar de nuestro párroco, él estuvo predicando muchos años en la Iglesia de mi barrio, de la Colonia de Santa Inés, se llama Don Francisco Millán Vázquez, el venia de otra barriada de Málaga que lo querían con locura, fundó el colegio San Patricio. Llegó en el año 1982, acompañado de su extraordinaria y querida hermana Carmen, por desgracia ella nos dejó y seguro que estará con Dios, porque era una santa.
Don Francisco cuando llegó iluminó una colonia pobre, humilde y trabajadora, la mayoría de los vecinos trabajaban en la fábrica de ladrillos, estaba todo el barrio fascinado y entusiasmado, por el nuevo cura, lo veían anticuado y a la vez moderno, la realidad era que toda persona que iba a su parroquia con problemas, el tenia un Don especial para consolarles, salían de la iglesia con una sonrisa de felicidad, él se desvivía por todos nosotros, nunca se le veía triste a pesar de sus dolencias, que eran varias y muy fuertes, trabajador e incansable, nos enseñaba y nos sigue enseñando a diario con su ejemplo, y palabras, todo él era puro catecismo, estaba de profesor en el colegio Sierra Blanca, nunca tenia pereza para ayudar a muchas familias y a jóvenes que querían estudiar o trabajar, tenemos muchas vivencias y anécdota entre muchas: a mi hermana Carmen el primer libro que tuvo, se lo compro él y cuando mi hermana ganó la beca para ir a Holanda, él se interesó por ella y le escribió cartas, que aun mi hermana conserva con cariño, a mi madre le buscó trabajo, le daba vales para comprar comida y todo salía de su bolsillo.
Años más tarde Don Francisco fundó caritas, mi madre no se cansa de bendecirlo, dice que jamás ha oído a ningún otro cura decir misa, con una homilía tan clara y bonita, como la decía él, para que se enterase mayores y jóvenes, todas las celebraciones que organizaba eran asombrosas y el siempre las realizaba con una felicidad y una dulzura que nos trasmitía tanta paz y nos llegaba tan adentro del corazón: en bautizos, Comuniones, Confirmaciones, Bodas, Nochebuenas, Epifanías, Semana Santa, la celebración de la Virgen del Carmen, el quiere mucho a la Virgen, le concedía a sus feligreses el escapulario, mi madre es muy devota y siempre se emocionaba, Don francisco fundó la hermandad de la virgen del Carmen, en el día 16 de julio, mis hermanas se vestían con traje de gitana, para llevarles a la Virgen su ofrenda de flores rojas y blancas, mi hermano se vestía con su traje azul marino, para sacar a hombro el trono de la Virgen, tenía entonces 15 años.
Mi hermano Salvi fue monaguillo en 1985, mi hermana Carmencita y Salvi, hicieron la 1ª comunión con Don Francisco, a mi me hubiera gustado haberla hecho con ellos, pero mi madre decidió que yo la hiciera con mis compañeros del cole, en San Francisco de Padua, fue muy emotiva la celebración, participaron las madres y los padres, el cura y las monjas nos dieron el cuerpo y la sangre de Cristo, mi madre se emocionó al verme hacer mi primera Comunión, y porque todo salió fabuloso.
Otra anécdota hace muchos años mi hermana María Rosa, sufrió un accidente de autobús tan grave, que la operaron de las dos piernas, no le falto la visita de nuestro párroco, eso fue una de las cosas, que le hizo recuperase tan pronto.
Mi madre dice: “que cuando ella dice que Nuestro Padre es un Santo, deberían de nacer muchos curas y parecerse todos todito a él, en su sabiduría, en su serenidad, en su sencillez, en su buen corazón, nunca presume, de sus triunfos y títulos que son muchos,” en el año 2002 le nombraron Vicecanciller, también inauguró la nueva iglesia de la Colonia Santa Inés, hace unos pocos años.
Él se marcho de la Colonia Santa Inés, no porque se jubilara, por que los curas nunca se jubilan, hoy en día vive en la residencia del obispado, con sus 83 años tan vigoroso y tan guapo, aun sigue trabajando en el obispado, que dios lo bendiga y lo ilumine por muchos años.
Desde mi blog mi madre, mis hermanos y yo, te queremos transmitir que te queremos, que significas mucho para nosotros, y que te agradecemos por tantas cosas bonitas que nos enseñas y nos ha enseñado, a lo largo de nuestras vidas y por tener la paciencia de un santo.
Mi madre le agradece eternamente, por haber celebrado numerosas misas, a nombre de todos nuestros difuntos, me dice que jamás quiso usted cobrarle ni un céntimo, ahí una vez más demuestras al mundo, que todo lo que hace lo hace de corazón.
Don Francisco, le recordamos admirablemente y con gran cariño. Abrazos.
Don Francisco cuando llegó iluminó una colonia pobre, humilde y trabajadora, la mayoría de los vecinos trabajaban en la fábrica de ladrillos, estaba todo el barrio fascinado y entusiasmado, por el nuevo cura, lo veían anticuado y a la vez moderno, la realidad era que toda persona que iba a su parroquia con problemas, el tenia un Don especial para consolarles, salían de la iglesia con una sonrisa de felicidad, él se desvivía por todos nosotros, nunca se le veía triste a pesar de sus dolencias, que eran varias y muy fuertes, trabajador e incansable, nos enseñaba y nos sigue enseñando a diario con su ejemplo, y palabras, todo él era puro catecismo, estaba de profesor en el colegio Sierra Blanca, nunca tenia pereza para ayudar a muchas familias y a jóvenes que querían estudiar o trabajar, tenemos muchas vivencias y anécdota entre muchas: a mi hermana Carmen el primer libro que tuvo, se lo compro él y cuando mi hermana ganó la beca para ir a Holanda, él se interesó por ella y le escribió cartas, que aun mi hermana conserva con cariño, a mi madre le buscó trabajo, le daba vales para comprar comida y todo salía de su bolsillo.
Años más tarde Don Francisco fundó caritas, mi madre no se cansa de bendecirlo, dice que jamás ha oído a ningún otro cura decir misa, con una homilía tan clara y bonita, como la decía él, para que se enterase mayores y jóvenes, todas las celebraciones que organizaba eran asombrosas y el siempre las realizaba con una felicidad y una dulzura que nos trasmitía tanta paz y nos llegaba tan adentro del corazón: en bautizos, Comuniones, Confirmaciones, Bodas, Nochebuenas, Epifanías, Semana Santa, la celebración de la Virgen del Carmen, el quiere mucho a la Virgen, le concedía a sus feligreses el escapulario, mi madre es muy devota y siempre se emocionaba, Don francisco fundó la hermandad de la virgen del Carmen, en el día 16 de julio, mis hermanas se vestían con traje de gitana, para llevarles a la Virgen su ofrenda de flores rojas y blancas, mi hermano se vestía con su traje azul marino, para sacar a hombro el trono de la Virgen, tenía entonces 15 años.
Mi hermano Salvi fue monaguillo en 1985, mi hermana Carmencita y Salvi, hicieron la 1ª comunión con Don Francisco, a mi me hubiera gustado haberla hecho con ellos, pero mi madre decidió que yo la hiciera con mis compañeros del cole, en San Francisco de Padua, fue muy emotiva la celebración, participaron las madres y los padres, el cura y las monjas nos dieron el cuerpo y la sangre de Cristo, mi madre se emocionó al verme hacer mi primera Comunión, y porque todo salió fabuloso.
Otra anécdota hace muchos años mi hermana María Rosa, sufrió un accidente de autobús tan grave, que la operaron de las dos piernas, no le falto la visita de nuestro párroco, eso fue una de las cosas, que le hizo recuperase tan pronto.
Mi madre dice: “que cuando ella dice que Nuestro Padre es un Santo, deberían de nacer muchos curas y parecerse todos todito a él, en su sabiduría, en su serenidad, en su sencillez, en su buen corazón, nunca presume, de sus triunfos y títulos que son muchos,” en el año 2002 le nombraron Vicecanciller, también inauguró la nueva iglesia de la Colonia Santa Inés, hace unos pocos años.
Él se marcho de la Colonia Santa Inés, no porque se jubilara, por que los curas nunca se jubilan, hoy en día vive en la residencia del obispado, con sus 83 años tan vigoroso y tan guapo, aun sigue trabajando en el obispado, que dios lo bendiga y lo ilumine por muchos años.
Desde mi blog mi madre, mis hermanos y yo, te queremos transmitir que te queremos, que significas mucho para nosotros, y que te agradecemos por tantas cosas bonitas que nos enseñas y nos ha enseñado, a lo largo de nuestras vidas y por tener la paciencia de un santo.
Mi madre le agradece eternamente, por haber celebrado numerosas misas, a nombre de todos nuestros difuntos, me dice que jamás quiso usted cobrarle ni un céntimo, ahí una vez más demuestras al mundo, que todo lo que hace lo hace de corazón.
Don Francisco, le recordamos admirablemente y con gran cariño. Abrazos.
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